Saludo pascual y "Abrazo de Despedida" texto recitado por la actriz y autora
VERA VALDOR cada 2 de abril en nuestros programas radiales.
ABRAZO DE DESPEDIDA
por Vera Valdor
Sé bien, mujer, lo que te está ocurriendo. Sé que te alborotan cien incertidumbres.
Sé que sientes la crueldad de una impotencia que llena tu corazón hermoso y sano de
una agresividad que al no evacuarse, te tortura y destroza.
A tí, amada madrecita, que ayudaste a tu niño a preparar su mochila para marchar
al frente y tuviste que conservar la calma y la entereza para no estallar en llanto amargo,
llanto que provocase nuevo diluvio purificador donde fenecieran todos los responsables
de la separación de tu bebé.
A tí, que con aparente valentía de espartana colgaste una cruz del cuello de tu
criatura intentando protegerlo. A tí, que le viste arrancarse de tus trémulos brazos para
marchar hacia una posible muerte. A tí...todas las loas... A ti, madre que esperaste en
vano el regreso de tu hijo en la soledad de tu dolor y tu inquietud... ¡Bendita tú y el fruto
de tu vientre inmolado!
"No te olvides del pañuelo"
-le dice la madre a Oscar.
Habla de trivialidades
por no ponerse a llorar.
El bolso está casi lleno.
El bolso se va a la guerra.
Con el hijo -ella lo sabe-
y de pensarlo se aterra.
Trata de disimular.
Ella quiere ser valiente.
El chico tiene veinte años.
El destino se presiente.
"Come lo mejor que puedas.
Y no dejes de abrigarte"
Ya faltan muy pocas cosas.
A las cinco y media parte.
El reloj ha dado el cuarto.
Les queda ya poco rato.
Lagrimeando ella desliza
en el bolso su retrato.
"Ya que no me es permitido
acompañar a mi hijo,
mi retrato te proteja
junto a este crucifijo"
Se oye una marcha lejana...
-Mamá ¡Vamos a ganar!
Muy pronto estaré de vuelta.
No te debes procupar.
Se oye el chirrido de un freno.
Es un enorme camión
que va en busca de soldados
que defiendan la nación.
"¡Cuidate mucho, hijo mío!"
Abrazo de despedida.
Quiera el destino no sea
el último de su vida.
La madre llora en silencio.
Oscar la mira sonriente.
Lo observan sus camaradas.
Debe ocultar lo que siente.
Se aleja la humana carga.
De pie la madre, impotente,
comienza a contar las horas
para el regreso del frente.
Cuando el camión se ha perdido
detrás del atardecer,
suelta en llanto su congoja.
No sabe si ha de volver.
"¿Qué crimen he cometido?
¿Por qué me lo arrebataron?..."
No sabe la pobre madre
quiénes la guerra planearon.
Qué intereses verdaderos
utilizan a su Oscar
para hacer un buen negocio
y con su sangre lucrar.
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viernes, 2 de abril de 2010
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